25/06/2025
Los tratamientos de radioterapia son una herramienta fundamental en la medicina actual, especialmente en la lucha contra el cáncer. Implican el uso de rayos X, que son rápidos, generalmente no invasivos y muy eficaces. Sin embargo, aunque su utilidad está más que demostrada, es vital entender que los rayos X son una forma de radiación que requiere precauciones. Por eso, implementar y seguir un protocolo de protección estricto es esencial para asegurar la seguridad de pacientes, médicos y técnicos especializados.
¿Qué son los rayos X en radioterapia?
Los rayos X son ondas electromagnéticas, invisibles para el ojo humano, que tienen la particularidad de poder atravesar la materia. Se generan en equipos especializados, donde electrones chocan contra un blanco de tungsteno dentro de un tubo al vacío. El haz resultante se dirige al cuerpo del paciente. En radioterapia, estos rayos se usan de forma controlada y precisa para destruir células cancerosas. Sin embargo, al tratarse de radiación ionizante (capaz de interactuar con las estructuras atómicas y moleculares), su uso debe ir siempre acompañado de un riguroso protocolo de seguridad en tratamientos con rayos X.
Riesgos de exposición a rayos X en tratamientos de radioterapia
Aunque los tratamientos con rayos X son muy beneficiosos, la exposición excesiva a esta radiación ionizante puede tener riesgos para la salud. La principal preocupación es su capacidad de interferir con la división celular, lo que, a largo plazo, podría contribuir al desarrollo de cáncer o causar otros efectos sobre los tejidos sanos. Por ello, es crucial que las medidas de protección del paciente frente a rayos X en radioterapia sean prioritarias, y que se busque siempre cómo minimizar riesgos.
Principios básicos de protección radiológica
La protección radiológica se basa en tres principios fundamentales que guían el protocolo de protección de los rayos X en radioterapia. Estos son esenciales para saber cómo protegerse:
Justificación del uso de radiaciones
Este principio establece que cualquier exposición a radiación, sea para diagnóstico o tratamiento, debe estar plenamente justificada. Es decir, el beneficio que se espera obtener para el paciente debe ser siempre mayor que el riesgo potencial de la radiación. Se realiza una evaluación coste-beneficio para asegurar que el procedimiento es necesario y beneficioso.
Optimización de dosis (principio ALARA)
Conocido como el principio ALARA (As Low As Reasonably Achievable), este pilar busca que la dosis de radiación sea «tan baja como sea razonablemente posible». Implica utilizar la menor cantidad de radiación necesaria para lograr el objetivo clínico, sin comprometer la calidad del tratamiento. La optimización de dosis es clave para proteger tanto al paciente como al personal.
Limitación de dosis para profesionales y pacientes
Finalmente, se establecen límites de dosis estrictos para la radiación que pueden recibir tanto los profesionales sanitarios como el público en general. Para los pacientes, la limitación se basa en la dosis justificada por su tratamiento. Para el personal, existen límites anuales para asegurar su seguridad a largo plazo, garantizando las medidas de protección para personal en radioterapia.
Protocolo de protección frente a rayos X en radioterapia
El protocolo de protección ante los rayos X en radioterapia es un conjunto de procedimientos y herramientas diseñadas para garantizar la máxima seguridad.
Uso de barreras físicas y blindajes
Las barreras físicas y blindajes son la primera línea de defensa. Las salas de radioterapia están construidas con paredes de plomo, hormigón u otros materiales densos que absorben la radiación, impidiendo que se propague fuera del área de tratamiento. Esto protege al personal y a otras personas cercanas.
Equipos de protección individual
El personal que trabaja con radiación utiliza Equipos de Protección Individual (EPI). Esto incluye delantales plomados, protectores de tiroides, gafas plomadas y guantes plomados. El uso de EPI en radioterapia con rayos X es crucial para reducir la exposición directa del personal.
Control y monitorización de la exposición
Los profesionales expuestos a radiación llevan dosímetros personales. Estos dispositivos miden la cantidad de radiación recibida, permitiendo un control de dosis en tratamientos de radioterapia continuo. Así, se garantiza que la exposición del personal se mantenga siempre dentro de los límites de seguridad establecidos por la normativa.
Señalización de áreas controladas
Todas las áreas donde se utilizan rayos X, como las salas de tratamiento y los búnkeres de radioterapia, están claramente señalizadas como áreas controladas o supervisadas. Esto advierte a todo el personal y visitantes sobre la presencia de radiación y la necesidad de seguir protocolos específicos.
Formación continua del personal
La formación continua del personal es fundamental. Todos los profesionales involucrados en tratamientos con radiación reciben capacitación constante sobre los principios de protección radiológica, el uso correcto de los equipos y las medidas de seguridad. Esto asegura que estén al día con las mejores prácticas y recomendaciones para reducir la exposición a rayos X.
¿Cuál es la normativa vigente en protección de rayos X?
La normativa vigente en protección de rayos X se basa en directivas europeas y leyes nacionales. En España, por ejemplo, el marco legal se sustenta en el Real Decreto 1029/2022 sobre protección de la salud contra los riesgos derivados de la exposición a radiaciones ionizantes. Esta normativa establece los requisitos de seguridad, los límites de dosis, las obligaciones de los centros y profesionales, y los sistemas de control para asegurar una práctica segura de la radioterapia y otras aplicaciones de rayos X.
Recomendaciones adicionales para reforzar la seguridad
Además del protocolo de protección, existen otras recomendaciones para reducir la exposición a rayos X.
- Es vital mantener la distancia máxima posible de la fuente de radiación (la dosis disminuye drásticamente con la distancia), y minimizar el tiempo de exposición estrictamente a lo necesario.
- Para los pacientes, es fundamental que el profesional ajuste el equipo con precisión para que el haz de radiación se dirija solo a la zona de tratamiento, protegiendo al máximo los tejidos sanos circundantes.
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